Uno de los fenomenos mas asombrosos de los ultimos años es la popularización del uso de sillitas plegables durante la Semana Santa para ver las cofradias.
Este este mismo blog hace unas semanas publique una foto de Serrano en la que se podia ver a unos niños sentados en una banqueta de madera y hasta en el bordillo de la acera. La primera vez que vi sillitas plegables, de las tipo baston, fue en las largas colas que se formaban ante la puerta de entrada de alguno de los pabellones de la exposición universal celebrada en nuestra ciudad en 1992.
De unos años para acá el fenomeno de las sillitas plegables esta tomando tintes preocupantes. No soy nadie para decir lo que debe hacer la gente o no, pero parece que para muchos se hace imprescindible el uso de este tipo de artefactos.
Esta claro que hay personas que no pueden permanecer mucho tiempo de pie, esta claro que hay personas para las que el invento de la sillita plegable ha permitido disfrutar de la Semana Santa como nunca, ¿pero tanta gente necesita realmente este invento?
Encima no hay quien desmonte ciertos mitos. De entrada buena parte de las cofradias tienen los mismos o menos nazarenos que hace años, otra cosa es que haya algunas a las que les gusta recrearse durante buena parte de su recorrido, lo que hace que avancen mas lentamente. Otro de los topicos es que en todas partes hay grandes bullas, nada mas lejos de la realidad, y otro mito es que para ver una cofradia hay que esperar un tiempo antes de que llegue la cruz de guia, cosa que no siempre es asi.
Con todo lo que realmente asombra es la actitud de ciertas personas sentadas en sus sillitas plegables cuando alguien aparece por alli y sin el menor empujon, sin apreturas siquiera, se dipone a ver la cofradia. Se puede oir de todo aunque haya sitio de sobra. Y en algunos sitios no se puede pasar siquiera aunque falte mucho tiempo para que llegue una cofradia por alli (esto me sucedio hace un par de años en la Plaza Nueva mas de una hora antes de que por alli asomara la cruz de guia de los Panaderos, habia dos largas filas de sillitas, y nada no habia forma de que me dejasen pasar, como se pueden imaginar apenas habia publico por alli, salvo los de las sillitas que parecia que habian adquirido derechos de pontazgo).
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2 comentarios:
Fenómeno al alza y de complicada solución.
Como en otras cuestiones, la carencia de educación y respeto, mal empeora a situación llegando a escenas nada agradables.
Saludos
Precisamente esa es una de las claves de muchas de las cosas que suceden en las ultimas semanas santas.
Hasta he visto alguno que no se levanta de la sillita ni bajo la lluvia.
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