
Desde hace unas semanas estoy dandole vueltas para ver si tenia cabida esto en el blog y de incluirlo como enfocarlo.
Tal vez lo facil hubiese sido escribir algo a mayor gloria mia, quizas con sabor a pregon fustrado, o emulando uno de tantos escritos que se pueden leer por la red.
Empezare comentando que probablemente si no hubiese sido por una persona muy cercana a mi, hubiese colgado la tunica de nazareno hace mucho tiempo, mi primera estación de penitencia fue un verdadero desastre, llegando a duras penas de vuelta a San Juan de la Palma aquel Domingo de Ramos de 1984, ¡que paciencia la de aquel diputado de seccion!, y aun recuerdo las risas de un primo mio con el que iba de pareja.
Aquel niño fue creciendo le cogio gusto a eso de ir cerca del paso de misterio de Nuestro Padre Jesus del Silencio en el Desprecio de Herodes, cada Domingo de Ramos. Por aquel entonces acompañaba al paso la banda del Maestro Paton y los penitentes no iban tras la banda como hoy en dia. La cofradia volvia por Tetuan, y aun no se habia modificado el recorrido de las cofradias por el interior de la Catedral a cuenta de los estudios y posteriores obras para la sustitución de dos pilares de la misma.
No puedo dejar de nombrar a Eduardo y a Paco, al primero por darme la oportunidad de poder acompañar al Señor del Silencio con un cirial, y al segundo por contar conmigo como diputado de banda (si, ya se mis gustos musicales casan poco con lo que se ha de oir tras el Desprecio de Herodes). Como tampoco puedo dejar de agradecer a Nicolas y a su junta de gobierno la confianza que depositaron en mi siendo un adolescente.
Que decir de mis ilustres anfitriones cada Domingo de Ramos, que me abren las puertas de su casa para poder vestirme con la tunica muy cerca de San Juan de la Palma y que despues de entrar la cofradia me ofrecen un esplendido agape para reponer fuerzas.