Corrido el velo del tiempo, observamos que el canasto actual es el mismo, pero se echan en falta las cadenetas frutales y los angelotes de Bru. En cambio ha sabido conservar con el paso de los años el exorno floral, salvo puntuales ocasiones. Para quien durante 20 años ininterrumpidos, estuvo cada Martes Santo, pidiéndole ver el rostro abofeteado durante toda la noche, es una estampa llena de recuerdos, sentimientos, emociones, sensaciones... y hasta nostalgia, pero es reconfortante poder recrearte con tan entrañable estampa.
3 comentarios:
Con estas postales que mi madre habia coleccionado previamente y que me regaló siendo yo niño, empecé mi colección yo.
Un abrazo Fernando
David Barcáiztegui
he llegado casualmente a tu blog y me ha encantado. Sobre todo el nombre elegido. Cuenta desde ya con un enlace desde mi humilde rincón hispalense.
No dejes de escribir...
Saludos.
Corrido el velo del tiempo, observamos que el canasto actual es el mismo, pero se echan en falta las cadenetas frutales y los angelotes de Bru.
En cambio ha sabido conservar con el paso de los años el exorno floral, salvo puntuales ocasiones.
Para quien durante 20 años ininterrumpidos, estuvo cada Martes Santo, pidiéndole ver el rostro abofeteado durante toda la noche, es una estampa llena de recuerdos, sentimientos, emociones, sensaciones... y hasta nostalgia, pero es reconfortante poder recrearte con tan entrañable estampa.
Saludos
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