Gracias por enviarmela Diego (Lacava), esta es tu casa.
Regla de otoño
Cuando el verano resiste
y el otoño de almanaque
ansioso espera su atraque
para sus ocres soltar,
una Mirada nos viste
la tarde de dulce calma
y baja buscando almas
al suelo desde su altar.
Entre sonrisa escondida
bajo un llanto roldanesco
sus lágrimas son refresco
al que su paseo detiene,
y se prende en la acogida
que su mano les ofrece
tan sólo con que le rece
Salves que el aire sostiene.
Cuando el último calor
rebusca la sombra fresca
por calle que sueña fiesta
de mujo, corcho y pastores,
encontramos el sabor
cuando doblamos su esquina
de una Rosa sin espinas
que llena Orfila de olores.
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